No hay que trabajar con Amigos o Familiares.
“Mantén a tus amigos cerca pero a tus enemigos más aún”. (De la Película: EL PADRINO).
“Independiente Siempre…Aislado Nunca”. ( Emilio Visconti).
Al igual que nos pasa con todas las personas, en el caso de que trabaje con algún amigo o familiar, antes o después los roces aparecerán.
Una cosa es confiar en alguien y otra muy distinta es trabajar con esa persona.
Yo confiaría mi vida a personas con las que lo último que tuviera que hacer es trabajar.
Bien es cierto que una cosa es trabajar con alguien y luego aparezca una amistad y otra muy distinta es tener una amistad con alguien y luego trabajar juntos.
La mejor manera para solucionar este problema cuando trabajamos en general con cualquier persona y más aún cuando se trata de familiares o amigos, es dejar claro un “contrato por escrito” lo más concreto posible y realizado siempre antes de empezar la relación profesional.
Las palabras se las lleva el viento.
El motivo de realizar un “contrato” no es por motivos de desconfianza con la persona: “más vale prevenir que curar”.
A través de este contrato se verifica que lo que en su día hablaron es lo que entendieron.
Sirve de recordatorio para ambas parte de todos los términos de lo que se habló. “Las palabras se las lleva el viento”.
Se deben tratar desde el principio, las cuestiones más espinosas:
Quién hace qué, y en qué plazos, también las responsabilidades de cada uno y quién hablará con quién y para qué.
Se deberá definir lo más pormenorizado posible el trabajo de cada uno y qué pasará si alguien rompe con la relación contractual:
Tiempo de aviso previo, quién se quedará con el cliente, que pasa con el trabajo ya empezado por ambas partes. Hay que definirlo todo muy bien, sin ambigüedades.
El diálogo es importante, sin él, las organizaciones mueren.
El no definir bien todo esto puede ser una fuente de conflictos importantes. Lo mejor por ello es definirlo al principio de la relación. Cuando todo va bien.
Por cierto, recuerde que ni el mejor contrato (del tipo que sea) puede evitar los problemas si trabaja junto a personas con las que no se ha creado una clara “confianza mutua”.
La confianza es lo que mueve los negocios y también lo que mueve el mundo.
¿No crees?
De Legalis Consultores sobre textos de Sergio Fernández López.
Legalis Consultores.
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