Hay que hablar poco y escuchar más.
“Querer, Saber, Osar, Callar”. LOS CUATRO PRINCIPIOS DE LOS ALQUIMISTAS.
En la Cultura en la que vivimos, donde el “éxito personal” disfruta de una mala prensa y, donde hablar mal de uno mismo está no sólo aceptado, sino que incluso se ve como signo de inteligencia, quizá no oiga esto muy a menudo:
Uno de los mayores errores que puede cometer como emprendedor, pero sobre todo como persona, “es hablar mal de usted mismo.”
Es una gran metedura de pata que no se puede permitir.
Cuando digo “hablar mal”, me refiero a cosas tan sencillas como:
“Es que soy tonto” o “No soy bueno haciendo eso” o “ Es que siempre me equivoco” o “Eso es imposible que lo pueda hacer yo”…
¿Le suena?
Pues son dinamita en estado puro.
Admitir los errores.
Si comete un Error, admitalo, acéptelo ya que eso no es hablar mal de uno mismo.
Eso es tener el coraje de aceptar lo que hace bien y lo que hace mal.
A lo que me refiero es a que si se equivoca y pide disculpas (si es pertinente hacerlo) y toma las medidas necesarias para repararlo, entra dentro de la normalidad.
Lo que no se puede hacer tras cometer un error es lamentarse.
El error es inseparable de la condición humana y de él aprendemos.
Cuanto antes desdramatice el error, tanto mayor calidad de vida ganará.
No hablar mal de uno mismo tampoco quiere decir que no se “ría de sí mismo”, todo lo contrario.
Hágalo, pero hablando bien. Puede hacerlo sin necesidad de emitir sentencias destructivas.
No contar tus sueños.
Otro tema importante es no cometer el Error de “contar sus sueños” a cualquier persona, o se acabará quedándose sin ellos.
La experiencia demuestra que es mucho mejor no contar a “casi nadie” los sueños, incluidos los profesionales.
Si los comparte con personas inadecuadas, que para esta cuestión son, por cierto, la mayoría, desgastará sus sueños inútilmente.
Es matemático. Siempre habrá alguien que le contará un aspecto negativo de su sueño que se lo aleja o que le hace ver un aspecto que para usted es desmoralizador.
No lo hacen con mala intención, pero lo hacen. No cuente sus sueños.
La mayoría de la gente no sabe que “puede más el que quiere que el que puede”.
Hay millones de personas en el mundo que no van a creer que sea posible que logre lo que se propone en su vida y por eso mismo intentarán desmontar sus sueños.
Comparta sus sueños con personas “posibilistas” (personas que ven posibilidades donde otros no ven nada), que aporten ideas.
¿No es mejor rodearse de este tipo de personas a nivel profesional y personal?
(De Legalis Consultores sobre texto de Sergio Fernández López).
Legalis Consultores.
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